Antes de proceder a la plantación de olivar es importante preparar el terreno acorde a las características climáticas, edáficas y ecológicas del mismo. Como en cualquier plantación de tipo frutal o forestal, hay que procurar unas condiciones de suelo que favorezcan el desarrollo y expansión de las raíces.

Sin embargo, en muchas ocasiones, la estabilidad del terreno no permite determinadas labores preparatorias que tradicionalmente se han hecho siguiendo un plan prefijado (subsolado, desfonde, despedregado, eliminación de malas hierbas, drenaje, abonado de fondo y alisado del terreno para facilitar el replanteo) porque en determinadas condiciones favorecen la erosión del terreno. Nosotros realizamos un estudio previo y observar la homogeneidad del perfil del suelo, profundidad máxima de las raíces vivas y la existencia de capas del suelo que puedan dificultar el desarrollo del sistema radical del olivo (compactación, mal drenaje, salinidad, etc.) y posteriormente hacer las correcciones más apropiadas.

De esta manera disminuiremos labores preparatorias, que sólo servirían en muchos casos para poner el terreno en condiciones de ser erosionado con más facilidad.