Tradicionalmente el olivarero ha abonado el olivar sin identificar y analizar las necesidades nutritivas del olivar, haciéndolo de forma genérica y siguiendo cada año el mismo calendario de abonado o guiándose la experiencia de otros agricultores o comerciales de confianza. Además, en relación al resto de costes de cultivo del olivar, normalmente el abonado tiene un coste bajo, lo que incita al agricultor a abonar en exceso.

Actualmente numerosos olivareros son aconsejados por nuestros técnicos, basados en la capacidad productiva del olivar y métodos de diagnóstico como el análisis foliar, que determina el estado nutritivo del olivar, y los análisis de suelo, que informan de las características, contenido y comportamiento de los distintos elementos nutricionales contenidos en el mismos.

Estos programas de fertilización con base técnica procuran evitar la aplicación indiscriminada de fertilizantes. Esto reduce el peligro de contaminación de aguas subterráneas y superficiales, previenen desequilibrios nutricionales y optimizan el gasto de la explotación en fertilización.