El olivo es un árbol de clima mediterráneo, cultivado tradicionalmente en condiciones de secano con producciones aceptables y capaces de sobrevivir a períodos de notable sequía. Sin embargo, se ha comprobado en las últimas décadas que la práctica del riego aumenta de forma considerable la productividad del olivar, incluso con pequeñas aportaciones de agua.

El aumento de la superficie regada de olivar ha llevado a un conflicto de intereses por el uso del agua con respecto a otros cultivos y otros usos distintos al riego, debido a la escasez estructural de recursos hídricos en la región.

Nosotros concienciamos a los agricultores de la escasez del agua de riego y del uso racional que deben hacer de ella y aplican principalmente el sistema de riego localizado de alta frecuencia, fundamentalmente por goteo.